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Esto es como una pesadilla que todos queremos que se termine. Todavía no caemos. Con Sandro todo era previsible. Sabíamos que si éramos unos inútiles, igual íbamos a seguir en la función, y que si éramos extremadamente inútiles, teníamos la posiblidad de pasar a un cargo más importante. Ahora, con Blanco, todo es locura
BELEN DE ESCOBAR. BA- «Ahora sí les puedo confirmar la noticia: Sergio Massa me dejó asumir como diputado«. Sandro Guzman dio la noticia a su equipo de colaboradores y se preparó para ver a los funcionarios saltar de las sillas y correr hacia él, jubilosos, para felicitarlo y abrazarlo. No fue así. Tras unos diez segundos de silencios, bocas abiertas y ojos de pavor, directores y secretarios comenzaron a llorar arañándose los rostros, cortándose los brazos con abrecartas y golpeando furiosamente sus propias cabezas contra una columna del despacho gubernamental.
La dantesca escena fue descripta por un testigo privilegiado de ese momento en que los hombres del ex señor intendente K del Paufe se enteraron de que a partir de esta semana tendrán como jefe al señor Jefe de Gabinete y primero en la línea de sucesión Don Walter Blanco, el mismo que en estos seis años de gestión encontró un placer enfermizo en el acto de humillar y hacer laburar a los funcionarios municipales.
Serán evacuados
«Me siento como si estuviera en un jardín de infantes y el nuevo director fuera el padre Grassi», dijo esta mañana un director comunal que prefirió mantener en reserva su nombre para no perder todas las chances seguir manejando la iluminación callejera.
Por lo se pudo averiguar, ante la situación planteada, la Comisión de Acción Política del Partido Justicialista decidió conformar un Comando de Emergencia Supervivencional que tendrá a su cargo la evacuación de directores, secretarios, subsecretarios y autoridades de delegaciones y organismos descentralizados. «Serán llevados a otros municipios, y de ser necesario serán provistos de una nueva identidad para que puedan empezar otra vida«, comentó una fuente que pidió reserva al menos hasta poder retirar sus pertenencias de Medio Ambiente.
Si bien cuando la crisis nerviosa colectiva del gabinete en el despacho de Sandro Guzman tuvo una pausa hacia las once de la noche del lunes, tres horas después de la noticia brindada por el intendente, el cuadro está lejos de estar marcado por la paz. «Hay una tensa calma, pero por ahí más de uno se quiebra, porque en el fondo todos sabemos que vamos a morir», dijo, sedado hasta los límites de la conciencia, un hombre muy ligado a la obra pública con envase retornable.
Provocaciones y versiones
Al espeso clima que se respira en estos momentos en la Municipalidad de Escobar se suman versiones de todo tipo. A primera hora, por ejemplo, había circulado el rumor de que Walter Blanco había ingresado al despacho del Delegado de Matheu, Atilano Ruiz con siete esclavos negros que sodomizaron y descuartizaron al titular de la Delegación Matheu. Luego se supo que nada de eso había ocurrido. Pero sí se confirmó que el nuevo intendente encaró a Ruiz y que con un cuchillo de cocina le cortó la ridícula barba candado que llevaba desde diciembre de 2007.
Así, la tranquilidad sigue siendo la gran ausente en los pasillos y oficinas de la sede del HCD de la Calle Asborno, donde además no faltan las provocaciones. La presidente del bloque del FpV, Claudia D´Ortona le dijo a algunos colaboradores que a media mañana, y sin mediar palabra, ingresaron a su despacho tres empleados de la empresa de pompas fúnebres más conocida de Escobar que le tomaron las medidas y se retiraron. Carlos Mainé, concejal edl FPV, recibió el aviso de que no será tomado como empleado por el ciber La Delfina, un trabajo que en realidad él nunca había solicitado. Alguien había hecho el trámite por él.
Tampoco contribuyó a aquietar las aguas la actitud de propio Walter Blanco, que hoy, al llegar a su despacho, hizo formar a todo el equipo gubernamental en la playa de estacionamiento, donde los funcionarios tuvieron que cantar la Marcha de San Lorenzo, izar la bandera, hacer 45 minutos de actividad física (flexiones de brazos, abdominales, vueltas carnero y un final bizarro con todos bailando con torpe delicadeza el Bolero de Ravel) y luego llevar al Intendente hasta su despacho en un carruaje de reminiscencias orientales que ellos mismos debían cargar a pulso.
Algo que también cayó mal es el poco respeto del ex Jefe de Gabinete por los hombres que deja Sandro Guzman, sin importar en qué lugar los encuentre. Se afrma que en un cruce entre Walter Blanco y un empleado muy afin al ex intendente, Blanco le apretó la entrepierna con la consigna «¡cinco periodistas serios!» Fue penoso ver cómo el empleado se retorcía de dolor, las piernas semiquebradas, las manos aferradas a una ventana abierta, mientras a duras penas musitaba «Maipah… Tortora… Hayhielo…»
Un secretario describió la situación también con dramatismo: «Esto es como una pesadilla que todos queremos que se termine. Todavía no caemos. Con Sandro todo era previsible. Sabíamos que si éramos unos inútiles, igual íbamos a seguir en la función, y que si éramos extremadamente inútiles, teníamos la posiblidad de pasar a un cargo más importante. Ahora, con Blanco, todo es locura, irracionalidad, barbarie, pura demencia rodando barranca abajo. Y quiere que laburemos encima»